Recibe tu Torre sin costo

Buscamos familias que quieran vivir la experiencia ZALU™ en casa, integrando la Torre de Aprendizaje en sus rutinas y momentos cotidianos.

Queremos mostrar cómo la torre acompaña el desarrollo, la autonomía y la convivencia en familia, y a la vez inspirar a más familias que buscan lo mismo.

Qué tendrás que hacer

Cada familia seleccionada recibirá su torre junto con un set de 7 cartas, que propone pequeñas tareas o actividades para grabar en casa.

Son acciones simples, pensadas para distintos momentos del día y edades, que podrás registrar en clips cortos de 10 a 30 segundos.

No necesitas experiencia, solo tu celular, luz natural y ganas de participar.

Cómo funciona

1. Completa el formulario con tus datos y una breve presentación de tu familia.

2. Si son seleccionados, recibirán su torre sin costo, envío incluido.

3. Cada carta te guiará con una pequeña tarea (una actividad, un juego o un momento de autonomía) y te pedirá grabar algunos clips.

4. Al finalizar el recorrido y enviar el material, la torre quedará como obsequio permanente para tu familia.

Rellenar el formulario no te compromete.

Solo las familias seleccionadas recibirán confirmación y detalles de participación.

Requisitos básicos

⇨ Niños o niñas entre 1 y 6 años.

⇨ Cuenta activa en Amazon México (para reseña)

⇨ Al menos 20-30 minutos de tiempo por día / tarea, en horario de luz natural.

⇨ Ayuda de una segunda persona (papá, amigos, abuelas...) para grabar los clips.

De nuestra familia a la tuya

ZALU nació de nuestra propia experiencia como padres y profesionales:
ella, profesora; yo, terapeuta.

Creamos esta torre para acompañar el desarrollo de nuestros hijos desde la autonomía, la curiosidad y el juego compartido.

Con esta convocatoria queremos consolidar una comunidad que nos ayude a seguir creando productos seguros, ecológicos y bien diseñados, hechos en México y a un precio justo.

Nota de autor ...

Te animo a salir de tu zona de confort. De verdad, no pasa nada.
Tus hijos van a disfrutar, os vais a reír, a emocionar y, sobre todo, a compartir.

La Torre de Aprendizaje cambia sus vidas porque cambia su perspectiva.
Les da un nuevo punto de vista y una forma distinta de participar dentro de la familia.

No es solo un mueble, es un lugar de encuentro.
Los niños ya no se bajan de la torre: su mundo visual pasa a otro plano, uno desde el que ya no quieren regresar.

Y ese simple cambio de altura termina transformando todo a su alrededor:
a mamá, a papá, a la rutina, a la casa entera.

La torre integra a la familia de una manera más activa, más cercana, más viva.

Y eso —créeme— es lo que realmente queda cuando las cámaras se apagan.